Establecer quién supervisará la salud y el desarrollo de tu bebé es una tarea importante para marcar en la lista de tareas pendientes de tu embarazo. Si todo sale bien, la relación de tu familia con el doctor puede ser a largo plazo – desde el día en que nace hasta que pase a la adultez. El doctor de tu niño evaluará su crecimiento y desarrollo, identificará potenciales problemas de desarrollo y salud, te instruirá sobre el cuidado de tu pequeño, administrará las vacunas, cuidará de tu niño cuando esté enfermo y supervisará a tu niño si llegase a desarrollar una enfermedad compleja.
Vaya, eso es una gran labor, lo cual hace bastante importante encontrar un doctor en el que confíes y con el que tengas una buena conexión. ¿Pero cómo?
Hemos desglosado el proceso en tres áreas de enfoque:
1) Pide recomendaciones
Un buen lugar para empezar es tu red de familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, o algún padre de familia que conozcas y en el que confíes. También puedes pedir recomendaciones de un ginecobstetra o una partera, de tu seguro o plan de salud, o (si estas en EEUU) de esta práctica herramienta que la Academia Americana de Pediatría (AAP) provee. Ten en cuenta que los pediatras no son los únicos doctores calificados para cuidar de tu niño. El médico de la familia también puede hacer este trabajo.
Empieza a buscar recomendaciones durante el segundo trimestre (o antes) para que tengas suficiente tiempo para las siguientes dos áreas.
2) Familiarízate
Una vez tengas 2 a 3 recomendaciones, tómate el tiempo para responder las siguientes preguntas claves. Puedes hacerlo hablando con las personas que te los recomendaron, leyendo información en línea y acordando entrevistas breves en persona.
Son/Están:
- ¿Certificaciones? Por lo menos necesitan serlo, lo cual significa que han terminado la carrera de medicina y tres años de residencia. Para los pediatras, la residencia se enfoca en niños, y para los médicos de familia cubre varias edades y áreas de la medicina. Algunos doctores tienen certificaciones adicionales. Ser un miembro de la AAP (MAAP) o de la Academia Americana de Medicina Familiar (MAAMF) muestra que el doctor probablemente está al tanto de las últimas investigaciones y buenas prácticas.
- ¿Cubierto por tu plan de salud?
- ¿Entrenados o tiene un interés por subespecializaciones o áreas específicas del desarrollo infantil?
- ¿Sigue alguna filosofía de crianza?
- ¿Es cálido, comprometido, sabe escuchar, se comunica bien y responde preguntas?
3) Familiarízate dónde y cómo trabajan
Cuando visites su consultorio para entrevistar al posible doctor, ten en cuenta estas preguntas:
- ¿El consultorio es cómodo para visitar? Ten en cuenta tanto la distancia desde tu casa como el parqueo (lo último que querrás es estar sentado en el carro en medio del tráfico o tener que enfrentar una situación de parqueo difícil.)
- ¿A cuál hospital(es) está afiliado, en caso de que tu niño necesite cuidado hospitalario?
- ¿Cuáles son los procedimientos para pagos?
- ¿Son independientes o son parte de un grupo? Ser parte de un grupo puede tener ventajas, por ejemplo, que sus colegas puedan ver a tu niño en caso de que tu doctor no esté disponible.
- ¿Puede hacer una consulta el mismo día que tu niño se enferme?
- ¿Cuál es el tiempo promedio de espera una vez llegas a la consulta?
- ¿Hay áreas de espera separadas para los niños que están enfermos y los que están sanos?
- ¿Tiene horario nocturno y/o de fin de semana? De no tenerlo, es posible que necesites acudir a un centro de urgencias o la sala de emergencia de un hospital para el cuidado en horas fuera del horario habitual.
- ¿Si lo llamas al consultorio para preguntarle algo, quién va a devolver la llamada? ¿El doctor? ¿Una enfermera? ¿Otro miembro del personal?
- En general, ¿el ambiente de la oficina se ve organizado y es amigable?
Recuerda que es bueno mantener una relación con el mismo doctor a través de la infancia de tu niño, pero es importante sentirse cómodo con el doctor y confiar en el/ella. Si en algún punto deja de ser así, debes considerar hacer un cambio.